La expectativa de los inversores sobre la llegada de un gobierno afín a los mercados promovió subas monumentales en las acciones durante los últimos 12 meses. Desde el 4 de julio de 2013 casi todos los papeles que componen el Merval obtuvieron ganancias de tres dígitos.
El mayor avance fue de una magnitud sobresaliente: la acción de Edenor se catapultó 725%. Pero fueron muchos los papeles que se distinguieron, ya que las performances variaron entre el 103% y el 318%, salvo por tres empresas, que si bien ganaron, los saldos tuvieron dos dígitos. Los bancos y las energéticas, por las perspectivas de crecimiento de ambos sectores, coparon los primeros lugares. Las acciones de Francés, Pampa, Galicia y Macro mostraron alzas de 318%, 299%, 250% y 247%, cada uno.
Entre las excepciones se encontraron Aluar, Petrobras Brasil y Tenaris. Precisamente se trata de acciones que dependen más de circunstancias internacionales. De todas formas, estas inversiones rindieron 52%, 51%y 46%, en ese orden, subas para nada despreciables.
En cuanto al índice porteño, el crecimiento fue de 163%.
Cada sector tiene un driver particular, pero el impulso que tuvieron en común fue la posibilidad de que el kirchnerismo no mantenga el mando en 2015. El año pasado, en esta época, se anticipaba una buena elección para los partidos opositores, un pronóstico que quedó confirmado en los comicios legislativos de octubre.
No obstante, aunque ése fue el primer envión, las decisiones pro mercado que llevó adelante la administración de Cristina Fernández, como el cierre de las disputas en los tribunales del Ciadi, el pago a Repsol por las acciones de YPF, y el acuerdo con el Club de París, hicieron que los inversores tuvieran más confianza en Argentina.
Incluso, pese a que la Corte de Estados Unidos complicó la situación del país en el caso de los fondos buitres, las caídas que se registraron fueron moderadas. De hecho, los operadores aseguran que los precios actuales de las acciones tienen descontados la resolución del caso holdouts y, por lo tanto, anticipan un futuro sin default.
También hay que destacar la incidencia del dólar en las alzas de la renta variable. El incremento de la moneda estadounidense, especialmente en la primera parte del año, se trasladó -como es habitual- al resto de los activos financieros.
“Gran parte de las subas es por el cambio de expectativas políticas para 2015. El rally se dio entre agosto y octubre,luego en noviembre y diciembre el mercado estuvo más tranquilo y de nuevo, de enero a julio, volvieron los avances y se tocaron máximos”, comentó Sabrina Corujo, analista de Portfolio Personal. A su vez, recordó que los precios estaban muy retrasados y sostuvo que aún hay oportunidades de compra: “La renta variable todavía tiene potencial”.
Por último, cabe aclarar que cada tres meses el Merval puede cambiar su composición según el volumen negociado en los seis meses previos, sin embargo las acciones que lo representan hoy son las mismas que un año atrás, aunque en distintos porcentajes.

Fuente: www.cronista.com